Nuestras defensas son una parte esencial en cualquier proceso de cáncer. Ante un diagnóstico como este, el control de la angiogénesis es una de las mayores preocupaciones en lo que respecta al tratamiento contra el cáncer.
La angiogénesis es la formación de vasos sanguíneos que crean las células tumorales para poder crecer. La cuestión es: ¿Cómo le cortamos el suministro de oxígeno al tumor para que no se propague y se formen metástasis? Aquí es donde intervienen los tratamientos médicos convencionales: la quimioterapia, la radioterapia, etc. Ahora bien, ¿hay algo más que podamos hacer?
Reforzar las defensas para combatir la angiogénesis
Nuestro sistema inmune se ve estimulado por muchos factores del estilo de vida: cómo nos alimentamos, si hacemos ejercicio físico, si dormimos bien, nuestro estado de ánimo, etc. Estos hábitos, aunque son a veces infravalorados, contribuyen a potenciar el efecto de nuestras células del sistema inmunitario.
Favorecen la acción de las células asesinas NK, los linfocitos T y muchas otras que actúan contra los tumores, para eliminarlos en un proceso que se conoce como apoptosis (muerte programada de las células).
En definitiva, nos conviene potenciar esta arma que posee nuestro cuerpo para impedir que el cáncer siga creciendo. Para ello, también hay que tener en cuenta otra cosa: la inflamación.
Inflamación y cáncer van de la mano
¿Por qué se relacionan tan estrechamente la inflamación y el cáncer? Para que nos entendamos, un organismo inflamado abona el terreno o se lo pone más fácil al cáncer para crecer.
En otras palabras, la inflamación es una causa directa del crecimiento de nuevos vasos sanguíneos. Todo lo que ayude a reducir esta inflamación, también contribuye, junto con el sistema inmune, a luchar contra la angiogénesis.
Los hábitos de vida que no le gustan nada al cáncer
1. La alimentación saludable
Comer es algo más que un acto fisiológico, nos sirve para nutrirnos, contribuir a evitar la caquéxia o pérdida de peso y por supuesto, también para reforzar nuestras defensas. Llevar una dieta equilibrada rica en verduras y frutas contribuye al buen estado del sistema inmune. Así mismo, existen alimentos que tienen propiedades antiangiogénicas, como las setas, algunos tés o algunas especias, aunque no son los únicos, pues nuestra cocina es una gran despensa natural de salud.
2. Ejercicio físico
Según ha publicado la SEOM en la revista científica Clinical & Translational Oncology (CTO) recientemente, hacer ejercicio controla la progresión de la enfermedad. La actividad física estimula el sistema inmune, especialmente las células natural killers (las NK de las que hablábamos antes) y moviliza estos linfocitos hacia los tumores.
Por otro lado, en su posicionamiento, la SEOM también recoge que al producirse la contracción de los músculos, estos liberan unas sustancias denominadas ‘miokinas’ que tienen capacidad para inhibir la proliferación de las células tumorales. También, tienen un efecto anti-inflamatorio.
3. Meditación
La práctica meditativa, ya sea mindfulness o alguna actividad similar, está comprobado que tiene efectos positivos en los pacientes con cáncer, especialmente en sus propias defensas. En una investigación del Cancer Center de la Universidad de Calgary, dirigido por la profesora Linda Carlson, se estudió a un grupo de pacientes de cáncer de próstata y de mama que practicaron un programa de meditación de ocho semanas.
Al acabarlo, vieron que los pacientes dormían mejor, estaban mucho menos estresados y sentían que sus vidas eran más ricas. Y lo mejor de todo, la meditación también había tenido un efecto en su sistema inmunitario. Los glóbulos blancos, ente ellos, las NK estaban más fuertes para luchar contra la enfermedad.
En definitiva, estas serían algunas de las cosas que podríamos implementar en nuestro día a día para ponérselo más difícil al cáncer para que este crezca.
Bilbliografía
R. Béliveau y Dr. Gingras, Foods than Fight Cancer, New York, McClelland & Stewart, 2006.
Posicionamiento de la a SEOM en la revista científica Clinical & Translational Oncology (CTO) https://seom.org/images/NP_Ejercicio_y_Cancer.pdf
Dr. David Servan-Schreiber, Anticáncer: Una nueva forma de vida.
Melissa A. Rosenkranz, Daren C. Jackson, Kim M. Dalton, Isa Dolski, Carol D. Ryff, Burt H. Singer, Daniel Muller, Ned H. Kalin, and Richard J. Davidson. Affective style and in vivo immune response: Neurobehavioral mechanisms. PNAS September 16, 2003 100 (19) 11148-11152; https://doi.org/10.1073/pnas.1534743100