El estrés es inevitable. Todos pasamos por eventos negativos en la vida, momentos de estrés y situaciones que nos llevan fuera de control.
Es importante darse cuenta de que el estrés no es malo en sí mismo. Esto ayuda a lograr nuestros objetivos y nos protege en situaciones que amenazan nuestra vida. Sin embargo, cuando llevamos el estrés por una cantidad de tiempo prolongado sin estrategias de afrontamiento adecuadas, comienza a afectar a nuestra salud, relaciones, y todo a nuestro alrededor.
Sin embargo, también hay estrategias probadas para ayudar a entrenar nuestras mentes y cuerpos para manejar mejor el estrés de una manera más consciente y proactiva. Si tenemos algunas herramientas en nuestros bolsillos traseros cuando se presentan situaciones de estrés, que es más probable superarlo con éxito.
Aquí tenemos cinco técnicas que se puede utilizar la próxima vez que se encuentre en una situación de estrés:
- Aléjese de sus pensamientos con la meditación.
Nuestros pensamientos pueden ser muy duros, somos nuestros peores críticos cuando en realidad deberíamos ser nuestros mejores defensores. Nuestros pensamientos tienden a exagerar la magnitud del problema, y si tomamos en serio nuestros pensamientos, nuestros niveles de estrés aumentan.
Cuando usted se encuentra saltando de un pensamiento a otro, echa un vistazo. La meditación consciente se ha encontrado para disminuir los pensamientos automáticos negativos. Medite de uno a cinco minutos al día, centrándose en la respiración y una relajante vista o punto focal.
- Repetir las afirmaciones positivas.
Cuanto más a menudo se oye un mensaje, más probabilidades hay de creer. Esto es cierto para los mensajes que escuchamos de nuestros amigos, jefe, padres y nosotros mismos.
Sin embargo, tenemos una opción. Podemos elegir lo que queremos creer al contrarrestar los mensajes negativos. Elija dos o tres afirmaciones positivas y repetirlas a sí mismo todos los días o cuando se encuentra con un evento estresante. Por ejemplo, “Puedo manejar la vida nada arroja a mí”, o “Soy fuerte y capaz.”
Podría parecer ineficaz al principio, pero con la repetición se crean hábitos. Y con el tiempo, son capaces de volver a cablear el cerebro para ser más resistente.
- Detén tu tendencia natural a pensar en forma negativa.
Nuestros cerebros están previamente atados a centrarse en lo negativo. Es una estrategia de supervivencia que se ha transmitido de generación en generación. Estamos diseñados naturalmente hacia lo que podía salir mal.
Sin embargo, sólo porque pensamos que no quiere decir que tenemos que creer. Los pensamientos no son hechos. Desafío estos pensamientos negativos y la lista de las razones de estos pensamientos negativos no son ciertas. Por ejemplo, digamos que usted comienza su propio negocio y falla en su primer intento. Esto no quiere decir que usted es un fracaso. Simplemente significa que usted necesita para volver a intentarlo, esta vez con un enfoque diferente.
- Elija una distracción que requiera tu total atención.
Las distracciones son de gran alcance. Cuando estamos estresados, tenemos la tendencia a pensar demasiado.
La próxima vez que usted está estresado, en lugar de utilizar toda su energía para pensar, encuentre una salida creativa que requiere toda su atención. Esto podría ser hacer un dibujo, pintura, construir algo, etc. Trata de encontrar una actividad que requiera para enfocar toda tu atención, y hazlo cada vez que estés siendo demasiado crítico o analítico.
- Se agradecido.
Cuando te encuentres con los acontecimientos negativos, es importante darte cuenta de lo que también va bien. Incluso si haces esto sólo unos pocos minutos al día, ayudas a equilibrar la presión de los acontecimientos negativos.
Ayuda a tu cerebro a ser más optimista, almacena los eventos más positivos a través de la gratitud. Escribe tres cosas por la que estés agradecido cada vez que te encuentres abrumado. Por ejemplo, “Estoy agradecido por tener los conocimientos necesarios para hacer mi trabajo”, o “Estoy agradecido por tener una carrera satisfactoria.”
Fuente: Mindbodygreen
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