Un sufrimiento humano muy común es desear que las cosas sean distintas a como son. Sin renunciar al progreso, es necesario asumir que hay situaciones y personas que no cambian. El reto es aceptar lo que nos toca vivir y trabajar para restablecer el equilibrio
FRANCESC MIRALLES. 28/04/2013 02:19
Una de las fuentes de sufrimiento más comunes en el ser humano es el deseo de que las cosas sean distintas a como realmente son. Cuando un país pasa por una grave crisis, la población mira atrás y desea que todo fuera como antes, un antes que en su momento no se valoraba porque parecía aburrido o bien había otras aspiraciones.
Lo mismo sucede con las relaciones interpersonales. Quien tiene por pareja a alguien silencioso desearía un carácter dicharachero, y este último pondrá de los nervios a quien convive con él un día tras otro. ¿Por qué anhelamos siempre lo que no tenemos?
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