Si has acudido a un nutricionista especializado en nutrición anticáncer te habrá recomendado dejar de consumir lácteos.
Los lácteos acidifican el organismo, abonando el terreno para el crecimiento de los tumores cancerígenos.
La leche de avena es un buen sustituto de la leche de vaca ya que contiene las vitaminas, minerales y aminoácidos de este cereal.
Hacerla en casa es muy sencillo. Para ello se necesita:
– 80 gramos de avena.
– 1 litro de agua.
– 1 batidora (sirve tanto la minipimer como una de vaso).
– 1 colador fino.
– 1 botella de un litro para guardarla.
Dejaremos los granos de avena en remojo en agua durante 8 horas. Si utilizas copos déjalos sólo durante cuatro horas.
Una vez transcurrido este tiempo colaremos los granos o copos de avena y los pondremos en el recipiente de la batidora. Añadiremos medio litro de agua y batiremos durante treinta segundos.
Colaremos el agua con los copos batidos, guardándola en la botella de un litro. Cogeremos la masa colada y la volveremos a introducir en el vaso de la batidora. Añadiremos el medio litro de agua restante y lo volveremos a batir durante 30 segundos más.
Colaremos el agua con los copos batidos y la guardaremos en la botella de un litro. Así tendremos listo un litro de leche de avena.
Si queréis podéis añadirle una pizca de tahini para darle un aporte extra de calcio. O unas gotitas de aceite de girasol de primera presión en frío para darle un aporte extra de vitamina E, un gran antioxidante que os ayudará a luchar contra el cáncer.
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