Altos niveles de ácidos grasos “trans” duplican el riesgo de cáncer de mama

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Las mujeres con altos niveles de ácidos grasos “trans”, vinculados al consumo de bollería industrial, patatas fritas y pasta de pizza, tienen el doble de riesgo de sufrir un cáncer de pecho.

El Instituto de Oncología Gustave Roussy y el Instituto Nacional de Sanidad y de Investigación Médica de Francia (INSERM), que han llevado a cabo conjuntamente esta investigación, precisaron en un comunicado que no han encontrado evidencia de que los ácidos grasos “omega-3” que hay en el pescado tengan un efecto protector contra ese cáncer, el más frecuente entre las mujeres.

Los investigadores, que basaron su trabajo en muestras de sangre tomadas entre 1995 y 1998 a 25.000 de las 100.000 de la Mutua General de la Educación Nacional de Francia, mostraron que “el riesgo de cáncer de pecho aumenta con el nivel de ácidos grasos “trans”.

Los científicos compararon los análisis sanguíneos de las 363 mujeres de la muestra que sufrieron a posteriori un cáncer de pecho con respecto a la población de referencia, y el resultado fue que el riesgo de padecer la enfermedad era casi el doble en las que habían dado una tasa elevada de ácidos grasos “trans”.

A la vista de esas conclusiones, subrayaron que “por el momento, no podemos más que recomendar una disminución del consumo de productos manufacturados, fuente de ácidos grasos “trans” de origen industrial”.

“Convendría en particular limitar los procedimientos industriales” que los generan y que todavía se utilizan, es decir, los aceites vegetales parcialmente hidrogenados, algo que ya se viene haciendo en Dinamarca desde hace unos años, añadieron.

También se pronunciaron porque la reglamentación sobre el etiquetado contemple una indicación precisa sobre la cantidad de esos ácidos grasos.

Los autores de este estudio coincidieron con el consenso de otros colegas europeos y estadounidenses en el sentido de que la alimentación rica en pescados con ácidos grasos “omega-3” no tiene implicación con el riesgo de cáncer.

A ese respecto, indicaron que si en el caso de los países asiáticos se ha podido demostrar que comer mucho de ese pescado puede disminuir la posibilidad de desarrollar un cáncer de pecho, “este efecto protector no es mesurable en este potente estudio francés probablemente a causa de un consumo demasiado débil de pescado”.

 

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