La radiación solar aporta muchos más beneficios para la salud que perjuicios. Para disfrutar de ellos se puede adoptar una estrategia natural, que incluye los baños de sol razonables y la utilización de productos naturales que nos protejan de la radiación solar.
Los rayos ultravioletas son capaces de penetrar hasta las capas profundas de la piel, generar radicales libres e iniciar cambios en el ADN celular que pueden inducir un carcinoma basocelular o espinocelular (cánceres de piel de muy buen pronóstico general). En cambio, se han minusvalorado los beneficios que brinda el sol. El sol es necesario para la síntesis de vitamina D, un nutriente que regula la expresión de un millar de genes, implicados en la formación de tejidos corporales y en procesos como el metabolismo del calcio o el funcionamiento del sistema inmunitario.
La vitamina D
La piel de una persona que se exponga en traje de baño al sol de verano durante media hora segregará 1,25 mg de vitamina D a lo largo de las siguientes 24 horas. La cantidad de vitamina producida se reduce a medida que aumenta el bronceado, de manera que una persona con la piel muy oscura necesitará que el tiempo de exposición se multiplique por seis para segregar la misma dosis que una pálida. Los antropólogos evolucionistas creen que la piel del ser humano se fue blanqueando a medida que se alejaba de su cuna en África para favorecer precísamente la obtención de vitamina D. Paralelamente tuvo que aumentar la ingesta de pescado graso, donde también se encuentra.
La función principal de la vitamina D es reforzar la absorción del calcio para que pueda fijarse en los huesos, servir para la transmisión de señales nerviosas o para obtener energía de los alimentos. La deficiencia de vitamina D, debida a una exposición insuficiente al sol, puede causar malformaciones esqueléticas en los niños, así como dolor de huesos y osteoporosis en las personas mayores, tanto mujeres como hombres.
Diferentes estudios han demostrado que un déficit de vitamina D nos predispone a padecer cáncer y enfermedades cardiovasculares. Las tasas de mortalidad son mayores entre las personas con déficit de vitamina D frente a aquellas que tienen unos niveles de vitamina D óptimos. Mucha gente cree que el sol produce un aumento del riesgo de padecer un melanoma (cáncer de piel grave), pero estudios epidemiológicos con garantías científicas nos demuestran lo contrarios y relacionan el uso de cremas solares artificiales con el incremento de melanomas. Los melanomas además suelen aparecer en zona no fotoexpuestas. Tomar el sol de manera moderada y regular incluso podría prevenir el melanoma que tradicionalmente se ha achacado a las quemaduras solares sucesivas. Las personas que trabajan al sol presentan paradójicamente una incidencia menor de melanoma.
Existen estudios que asocian la poca exposición al sol, la deficiencia de vitamina D y una incidencia mayor de esclerosis múltiple, diabetes, hipertensión, síndrome metabólico y varios tipos de cáncer, entre ellos los de mama, ovario, colon, páncreas y próstata. Los baños de sol pueden conferir protección ante enfermedades como la artritis reumatoide, la psoriaisis, el asma y las infecciones.
Cáncer, vitamina D y sol
Por cada 3 casos de cáncer debidos al exceso de sol se producen de 30 a 40 causados por la deficiencia. Por eso debemos cuestionarnos si es razonable evitar el sol a toda costa para evitar el cáncer de piel.
El nivel de vitamina D en la sangre es el único indicador de que se está sufriendo una deficiencia de sol. Los expertos consideran que poseer menos de 29 nanogramos (ng) por mililitro (ml) implica una predisposición a una amplia variedad de enfermedades. La mala noticia es que buena parte de la población, especialmente las personas mayores y los niños, se encuentran en esta situación de riesgo.
La orquilla de valores aconsejables se sitúa entre los 40 y los 60 nanogramos de vitamina D por mililitro. Mantenerlos en este margen es la medida más eficaz para evitar el cáncer después de dejar de fumar, según algunos estudios. Según algunos expertos las indicaciones para alcanzar las tasas mencionadas mediante baños de sol son muy precisas: hay que tumbarse con el 40 por cien de la piel desnuda, cuando el sol está en lo más alto, de 3 a 15 minutos diarios, en función del tipo de piel, sin crema de protección solar. Estas recomendaciones son seguras para todas las personas sanas que no toman medicamentos que aumentan la sensibilidad a los rayos solares, como puede ser la quimioterapia.
Las exposiciones breves (de cinco a diez minutos) y repetidas a lo largo del día son seguras y eficaces.
¿Como reducir los riesgo del sol?
Para reducir los efectos negativos del sol lo ideal es llevar una dieta rica en antioxidantes que ayuda a prevenir los efectos negativos de la radiación solar y refuerza los positivos. Las vitaminas A, C y E, el selenio y los compuestos químicos presentes en los vegetales con un color verde, rojo y naranja son potentes antioxidantes.
Tomar el sol con moderación
Entonces, ¿qué hacemos? ¿Tomamos el sol, sí o no? ¿Cuánto tiempo?
Ya hemos visto que tomar el sol es imprescindible para sintetizar vitamina D, pero si lo tomamos sin precaución puede causar quemaduras en la piel y a la larga diferentes tipos de cáncer de piel. Por tanto, es recomendable tomar el sol con precaución.
Según el tipo de piel que tengamos podremos exponernos más o menos al sol. Si queremos evitar las quemaduras debemos de o no exponernos al sol en las horas de máxima radiación (de 12 a 16 pm dependiendo de la época del año y la latitud) o cubriéndonos con medidas físicas: ropa, gorro, gafas de sol, etc.
Mi recomendación es que te expongas al sol sin protección de 20 a 40 minutos al día a primera o a última hora del día y el resto del día o te cubras la piel con ropa adecuada o elijas un filtro solar saludable.
Cada persona debiera conocer cuál es su nivel de tolerancia al sol y planificar los baños en consecuencia. Para ello hay que determinar el fototipo, es decir, cuál es la reacción de nuestra piel a la radiación solar. En las descripciones siguientes, el tiempo indica cuánto tarda en quemarse una zona normalmente no expuesta, bajo un sol de mediodía en verano.
El fototipo I se quema muy fácilmente y nunca se broncea. Tiene la piel blanca lechosa, ojos azules, cabello de rubio o pelirrojo y pecas todo el año. No debe permanecer al sol más de diez minutos.
El fototipo II casi siempre se quema y a veces se broncea. Probablemente es de piel blanca rosada, le salen pecas en verano, tiene ojos de color claro y el pelo rubio o castaño claro. Su límite de exposición está en 15 minutos.
El fototipo III a veces se quema y generalmente se broncea. La piel que no está expuesta al sol es blanca, pero no le cuesta adquirir color. Puede permanecer bajo el sol hasta 30 minutos.
El fototipo IV es raro que se queme y siempre se broncea. La piel siempre está morena y el cabello y los ojos son oscuros. Su límite es de 45 minutos.
El fototipo V está genéticamente pigmentado. Es muy frecuente en las poblaciones nativas americanas, asiáticas y mediterráneas.
El fototipo VI tiene la piel negra y puede estar una hora o más bajo el sol sin quemarse.
La exposición al sol debería ser gradual y moderada. ¡¡Practica siempre el principio de precaución!!
¿Qué protector solar elegir?
Aquí viene la decisión más compleja. Nuestra elección es muy importante pues todo lo que pongamos en la piel pasa al torrente sanguíneo, por tanto debemos de buscar cremas solares libres de tóxicos. El uso de cremas solares con puede incrementar nuestro riesgo de padecer cáncer al bloquear la síntesis de vitamina D y por el uso de sustancias toxicas consideradas cancerígenas.
La crema solar debe protegernos frente a los rayos UVA y UVB
¿Qué son los UVA y UVB?
El daño causado por el sol se debe a la radiación UV (ultra‐violeta), la cual está compuesta por UVA y UVB (de protegernos de la UV‐C se encarga nuestro amigo el ozono). A la tierra llegan aproximadamente un 5% de rayos UVB y un 95% UVA.
Los rayos UVB son la principal causa de quemaduras solares, y se unen directamente al ADN provocando mutaciones celulares. Los rayos UVA penetran más profundamente en el tejido de la piel y son responsables de generar radicales libres que pueden dañar el ADN y las células de la piel. Además son los responsables del fotoenvejecimiento (manchas, arrugas…) y pueden causar cáncer de piel.
Debemos elegir de forma adecuada el factor de protección solar.
¿Qué es el factor de protección solar (FPS)?
El FPS indica el número de veces por el que se multiplica el tiempo que se puede permanecer al sol sin quemarse. Es por tanto, sólo una medida de la protección frente a los rayos UVB.
Sin embargo, muchos protectores solares no proveen adecuada protección frente a los rayos UVA. De acuerdo a la legislación actual, la protección frente a los UVA debe ser al menos un tercio de la protección UVB. Es decir, que si compramos una crema con un FPS 45, tendrá una protección contra los UVB de 45, y al menos una protección de 15 frente a los UVA.
Debido a que la protección frente a UVA y UVB no van de la mano, es importante elegir una crema solar que proteja tanto de los rayos UVA (responsables del envejecimiento de la piel) como de los UVB (causantes de las quemaduras), ya que ambas radiaciones pueden causar cáncer. Además, los protectores con mayor protección frente a los UVA suprimen mejor la formación de radicales libres que atacan el AND.
Es importante destacar que ninguna crema protege al 100% frente a la radiación ultravioleta, incluso aquellas que ofrecen un índice de protección solar más elevado. Basado en las regulaciones europeas sobre protectores solares:
– El FPS 15 bloquea el 93% de la rayos UVB.
– El FPS 20 bloquea el 95% de los rayos UVB.
– El FPS 30 bloquea el 97% de los rayos UVB.
– El FPS 60 bloquea el 98% de los rayos UVB.
Un FPS 60 es solamente un 1% más efectivo que el FPS 30. Por tanto, con un FPS 25‐30 es más que suficiente
¿Necesitamos un FPS 50 o superior?
Es habitual que mucha gente use FPS 50 o pantallas totals, pero esta costumbre no nos va a proteger más del sol y además puede ser contraproducente.
Cuando se usan productos con altos FPS (50 o más) se crea una falsa sensación de seguridad.
Pensamos que estamos más protegidos, lo cual lleva a aumentar la duración de la exposición al sol. En dos estudios, Autier confirmó que los turistas europeos pasaban más tiempo bajo el sol si se habían aplicado un protector con un FPS muy alto.
Su eficacia es prácticamente igual a un FPS 25‐30:
La protección extra de un protector FPS 50 es solo un 1% superior a la de los protectores FPS 25‐30. Cuando se usan correctamente, los protectores con FPS 30 ofrecen una adecuada protección, incluso para aquellas personas que son más propensas a quemarse.
Peor balance UVA‐UVB
A menudo, los productos con FPS 50 o superior protegen poco frente a los rayos UVA. Esto es debido a que existen pocos filtros químicos que protejan frente a los UVA, por lo que consiguen una protección 50 frente a los UVB, pero apenas un 17‐20 de protección frente a los UVA (dependiendo del fabricante). De hecho, los protectores solares FPS 30, que contienen sólo oxido de zinc como filtro UV físico, habitualmente tiene mayor protección frente a los UVA (aproximadamente 24, dependiendo del fabricante) que un protector convencional con filtros químicos de FPS 50.
Los FPS 50 tienen más riesgos para la salud
Los productos con FPS 50 requieren concentraciones más altas de filtros químicos que los productos con menores FPS. Cuando se usan protectores sólo con filtros físicos estamos pagando más por un 1% extra de protección (comparado con un protector de FPS 30).
Filtros químicos vs. filtros físicos
Los protectores solares se pueden clasificar en dos grupos: los que tienen filtros UV químicos o físicos. Los filtros químicos absorben los rayos UV, mientras que los físicos los reflejan (hacen de espejo).
Los filtros químicos presentan riesgos para la salud, ya que pueden penetrar en la piel y alcanzar el torrente sanguíneo imitando a las hormonas y provocando desequilibrios en el sistema hormonal, se les considera Xenoestrógenos. Algunos de los más utilizados, como la benzophenone‐3 (oxybenzone), 4‐methylbenzylidene camphor (4‐MBC), Octylmethoxycinnamate, Octocrylene y para‐aminobenzoic acid (PABA) son disruptores endocrinos y pueden producir cancer, hipotiroidismo, disfunciones sexuales y defectos en el nacimiento debido a su efecto estrogénico. Además producen radicales libres que pueden dañar el ADN y causar irritación de la piel, dermatitis y alergias.
Los filtros físicos son minerales que contienen titanio o zinc. No alcanzan el torrente sanguíneo, quedándose en la capa más superficial de la piel (incluso aquellos que se encuentran en forma de nanopartículas) El oxido de zinc es el único filtro capaz de proteger frente a todos los rayos UVB y UVA, cubriendo todo el espectro, mientras que el oxido de titanio protege contra los UVB y sólo una parte de los rayos UVA. Por otra parte, el dióxido de titanio ha sido considerado como cancerígeno en todas sus formas de presentación.
Otras sustancias tóxicas
La vitamina A añadida a los protectores solares podría acelerar el desarrollo de cáncer de piel.Casi una cuarta parte de los protectores convencionales contienen una forma de vitamina A que ralentiza el envejecimiento de la piel. Pero algunos estudios indican que podría acelerar el desarrollo de tumores y lesiones en la piel cuando se aplica a la piel bajo la luz solar. Este ingrediente aparece en las etiquetas de los productos como “retinyl palmitate” o “retinol”.
EL PROTECTOR SOLAR IDEAL
¿Qué debe contener un Protector solar ideal?
– El protector solar ideal debe bloquear los rayos UV que causan las quemaduras.
– Deben ser eficaces en la piel durante varias horas y no deben contener ingredientes perjudiciales.
– Debe ser un filtro de protección solar natural mineral con óxido de zinc y sin dioxido de titanio ni filtros químicos.
– Lo ideal es que sea un protector orgánico certificado.
– Mejor en forma de loción o crema.
– Debe contener aceites vegetales naturales no hidrogenados.
– Sin ingredientes tóxicos o perjudiciales.
¿Qué no debe contener un protector solar?
– Filtros químicos: Se comportan como disruptores endocrinos y puede aumentar el riesgo de padecer cáncer hormono dependiente, sobre todo de mama:
- 4‐methylbenzylidene)‐camphor (4‐MBC)
- octyl‐methoxycinnamate (OMC)
- octyl‐dimethyl‐PABA (OD‐PABA)
- bexophenome‐3 (Bp‐3)
- homosalate (HMS)
- oxybenzone
– Dióxido de titano: ha sido clasificado por la IARC como potencial carcinógeno para humanos. El dióxido de titanio es un ingrediente peligroso incluso si no está en forma de nanopartículas. Es altamente fotorreactivo, es decir, genera los dañinos radicales libres al reaccionar con la luz, incluso puede producir un severo quemado solar mayor que si no usáramos protector solar. Las partículas que contienen dióxido de titanio pueden causar un daño oxidativo al ADN, lo que puede llevar a que se desarrolle un cáncer en la piel.
Otros ingredientes a evitar:
– Parabenes, Ftalatos, fragancias artificiales, derivados del petróleo y metales pesados.
– Vitamina A (palmitato de retinol).
– SPF (Factor de Protección Solar) mayor de 50. Cuanto mayor es el nivel de protección, mayor es la concentración de ingredientes tóxicos. Con SPF 25 es suficiente, aunque debemos aplicarlo cada 2 horas.
– Presentación en aerosol. Los protectores solares que vienen debemos evitarlos ya que es muy fácil inhalarlos accidentalmente u olvidarnos de cubrir alguna parte de tu cuerpo con ellos.Si la crema contiene nanopartículas pueden penetrar al sistema respiratorio.
¿Existe alguna crema que cumpla estos requisitos?
Yo solo he encontrado dos y por eso quiero comentaros cuales son. Imagino que después de tanta información, estaréis temblando y pensando con que crema os vais a proteger.
- AMAZONIA, PROTECCION SOLAR SPF 25. (Producido en España) y comercializado por Conasi
- BADGER SPF 30 SUNSCREEN UNSCENTED. (Producido en USA y no disponible en Europa).
Y como en España solo he encontrado PROTECCION SOLAR AMAZONZIO SPF 25 que cumpla los requisitos os voy a hablar de ella.
¿Qué contiene Factor de Protección Solar Amazonia SPF 25?
– Óxido de zinc como filtro solar. Sin otro tipo de filtro físico o químico.
– Ingredientes vegetales y orgánicos certificados.
– Contiene aceite de argán, aguacate y burití, combinación rica en vitaminas y antioxidantes esenciales que hidratan y nutren la piel y evitan su envejecimiento prematuro. El aceite de burití, es extraído del fruto del “árbol de la vida” originario de la selva amazónica. Es muy rico en carotenoides y tocoferoles, por lo que actúa como antioxidante, aumenta la elasticidad de la piel y disminuye la piel reseca.
– Envase libre de BPA y ftalatos.
Ingredientes del protector solar Amazonia
Water (Aqua); Zinc Oxide, Caprylic-capric Trigliceryde, Glyceryl Isoestearate, Polyhydroxystearic Acid, Aloe Barbadensis Extract*; Mauritia Flexulosa Fruit Oil; Argania Espinosa Oil* ; Persea Gratísiima (Avocado) Oil*; Glycerin, Water, Althaea Officinalis Root Extract*, Cetearyl Alcohol and Cetearyl Glucoside, Benzoic Acid, Sorbic Acid, Dehidracetic Acid, Benzyl Acohol, Citrus Limonum Leave Essential Oil, Lavandula Hybrida Herb Essential Oil*, Rosmarinus Officinales Extract.
*Ingredientes procedentes de cultivo ecológico. Producto Cosmético Natural con un 43% de ingredientes ecologicos.
Certificado por IMO.
Recomendado por Asociación Vida Sana.
Apto para veganos. No testado en animales.
¿Dónde podéis conseguirlo?
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http://www.elcorreodelsol.com/articulo/como-tener-una-buena-experiencia-solar
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