¿Habéis oído hablar alguna vez de la vigilancia activa? Así es como se llama una de las estrategias que se siguen cuando el diagnóstico de un paciente es cáncer de próstata. Tras una serie de pruebas, como la de PSA, se determina cuál es la gravedad del tumor y dependiendo de una serie de marcadores, se decide qué hacer, cuáles son los siguientes pasos a seguir.
En lo que respecta al cáncer de próstata, muchos hombres que han sido diagnosticados en las pruebas, no presentan la enfermedad en un estado agresivo y se considera que es poco probable que amenace su salud o su vida. En otras palabras, se considera un cáncer de próstata de bajo riesgo. ¿Qué se hace en estos casos?
Una de las estrategias si el cáncer es de bajo riesgo es la vigilancia activa. ¿Qué quiere decir esto? Se trata de un monitoreo periódico del paciente y solo se considera el tratamiento si el cáncer comienza a crecer o muestra signos de volverse agresivo. Es en estos hipotéticos casos cuando se estudiaría la posibilidad de recibir quimio, radioterapia, cirugía, etc.
¿Por qué es importante considerar la vigilancia activa?
Las estimaciones actuales indican que aproximadamente la mitad de los hombres con cáncer de próstata podrían evitar el tratamiento radical y sus posibles efectos secundarios, que puede ir desde impotencia a incontinencia, o darse ambas. La dificultad está en que algunos hombres, aunque su cáncer es aparentemente considerado benigno y de bajo riesgo, sienten mucha ansiedad. Sienten mucha angustia de tener que vivir con el cáncer, e incluso algunos familiares presionan para “sacar” el cáncer cuanto antes, aunque eso suponga otras complicaciones consecuentes.
La segunda opinión
Para detectar un posible caso de cáncer de próstata, una de las pruebas que se utilizan es la de PSA. La complicación es que a veces, algunas circunstancias ajenas al cáncer pueden dar lugar a una lectura elevada de PSA. Puede ser por actividad sexual reciente, actividad física vigorosa, ciclismo, agrandamiento prostático benigno y por la inflamación de la próstata. También hay hombres en los que el nivel de PSA aumenta y se mantiene elevado inexplicablemente, a pesar de no encontrar ningún signo de cáncer en sus próstatas. Por eso muchas veces se repite la prueba algunas semanas más tarde antes de tomar medidas adicionales.
Sobrediagnóstico
Cada vez se están desarrollando más estudios para determinar cuáles son las pruebas más apropiadas para la detección del cáncer de próstata y cuando se justifica hacer una biopsia, así como otras pruebas. Todo esto se hace con el fin de evitar el sobrediagnóstico y el sobretratamiento, cuando este no sea necesario.
Los hombres que tienen más probabilidades de ser diagnosticado con cáncer de próstata son los hombres que portan una mutación BRCA1 o BRCA2, los hombres afroamericanos o los que tengan un historial familiar de cáncer de próstata o cánceres relacionados. La edad avanzada se asocia con un cáncer de próstata más agresivo.
El objetivo del cribado, es la detección de cánceres agresivos cuanto antes mejor, para reducir el riesgo de muerte. Y lo que es curioso, un tercio de los hombres que mueren a los 70 años o más por alguna otra causa, se encuentra cáncer de próstata en sus autopsias.
En este sentido, una de las medidas que puede reducir biopsias repetidas y tratamiento radical innecesario para el cáncer de próstata, es la vigilancia activa. Lo que pasa es que esta se reserva principalmente para hombres con esperanza de vida limitada por otras razones (avanzada edad, por ejemplo) o aquellos en los que la cirugía es desaconsejable.
Aun así, cada vez existen más grupos de apoyo para ayudar a tranquilizar a los hombres que optan por la vigilancia activa, en caso de cáncer de próstata de bajo riesgo.
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