Las verduras de hoja verde (espinacas, acelgas, lechuga, rúcula o canónigos) reportan múltiples beneficios a nuestra salud.
Su color verde nos indica que son ricas en clorofila y, por lo tanto, ayudan a nuestro organismo a generar hemoglobina, los maravillosos glóblos rojos.
Los glóbulos rojos son los encargados de transportar el hierro.
El Hierro tiene un rol importante en la anemia y en nuetros niveles de energía.
También son ricas en fibra.
¿Qué función tiene la fibra de los vegetales?
Su fibra tiene dos funciones:
- Mejora nuestro tránsito intestinal
- Alimenta a los micro-organismos que viven en nuestros intestinos, nuestra microbiota. Si tenemos la microbiota equilibrada no sólo gozaremos de más salud si no que también tendremos mejor estado de ánimo.
Sería bueno que comieras verde todos los días.
No serías la primera persona a quien no le gusta las espinacas o las acelgas cocidas.
No pasa nada.
Hay otras formas de comer hoja verde.
Puedes ponerte unos canónigos, rúcula o unas hojas de lechuga con el bocadillo de la mañana.
Pan integral, unas hojitas de verde, unas rodajas de aguacate, un chorrito de aceite de oliva virgen extra y tienes un bocadillo de lo más nutritivo.
Si no te gusta el aguacate puedes poner un poco de queso de cabra o de oveja.
Otra forma de añadir verde a tu dieta es en las ensaladas. Prepárate cada día un poco de ensalada de hojas verdes variadas para acompañar la comida o la cena. Incluso en invierno, sí.
Si te preparas batidos verdes, puedes utilizar espinacas o acelgas crudas. Quedan muy ricos y no se les nota el sabor.
Ten en cuenta que si tienes tendencia a hacer piedras en el riñón no te conviene comer muchas espinacas ni acelgas. Contienen oxiuros que facilitan la formación de piedras.
Si la verdura de hoja verde cruda te da gases, deja de comerla.
No hemos venido a sufrir.
Estamos aquí para cuidarnos, para darnos aquello que nos sienta bien.
Si tienes alguna duda sobre como incorporar más verde a tu alimentación, mándame un email y seguro que encontramos cómo resolverla.