El DHA en el tratamiento del cáncer

pastillas_omega_3_oncologia_integrativa1-300x200Los ácidos grasos esenciales son un tipo de lípido vital para la salud que nuestro organismo no puede producir por sí mismo y que por tanto, debemos obtenerlo ineludiblemente a través de la alimentación. Concretamente, se trata de dos familias de ácidos grasos poliinsaturados con múltiples enlaces dobles: los Omega 6 y los Omega 3.

Los Omega 6 se encuentran en carnes rojas, aves, huevos, frutos secos, cereales integrales y aceites vegetales como el de girasol. Estos pueden actuar como protectores cardiovasculares, aunque un consumo excesivo puede producir inflamación y contribuir al desarrollo de enfermedades como el cáncer. Concretamente, los metabolitos de los Omega-6, especialmente del ácido araquidónico; los Eicosanoides E2: prostaglandinas E2, Tromboxanos E2 y Leucotrienos Serie 4, todos ellos intensamente pro-inflamatorios, activan el Factor Nuclear (κβ) fomentando la síntesis de gran número de citoquinas proinflamatorias. Solamente las Lipoxinas, que aparecen en la fase resolutiva, ejercen cierto efecto antiinflamatorio.

Por otro lado, los Omega 3 se encuentran en los peces grasos de aguas frías como el salmón, el atún o las sardinas. También, aunque en menor cantidad, en mariscos, vegetales de hoja verde, frutos secos, aceites vegetales y semillas oleaginosas como las de lino. Estos están formados por ácido Alfa-Linolénico (ALA), que es precursor del ácido eicosapentaenoico (EPA) y del ácido docosahexaenoico (DHA). Sustancias que ejercen un papel beneficioso en la salud cardiovascular, en el buen funcionamiento del sistema nervioso y en el rendimiento cerebral, siempre que se mantenga un equilibrio con la ingesta de Omega 6.

Concretamente, el DHA es el ácido graso más beneficioso para la salud humana, según recoge Brudy Technology, ya que es esencial para un crecimiento y desarrollo normal[1]. Sin embargo, diferentes estudios han demostrado que nuestra dieta habitual presenta un déficit de DHA que se aleja de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En relación con esto, se han llevado a cabo investigaciones que, aunque de forma inconclusa, relacionan el desequilibrio entre los Omega 3 y los Omega 6 con en el desarrollo y crecimiento de algunas formas de cáncer[2].

Un grupo de investigación de la Universidad de Barcelona en colaboración con Brudy Corporation ha desarrollado aplicaciones terapéuticas del DHA y ha obtenido resultados en varios campos de investigación relacionados con la terapia antitumoral y el estrés oxidativo.

 

Beneficios del DHA para pacientes oncológicos

A través de estudios experimentales realizados en animales, los investigadores concluyeron que aportes elevados de aceite de pescado, rico en ácido graso DHA, generalmente inhiben el crecimiento tumoral y las metástasis. Los Omega 3 tienen la propiedad de potenciar los efectos de los fármacos anti neoplásicos, que impiden el desarrollo de células tumorales malignas, así como la capacidad de revertir aspectos de la caquexia del cáncer. Un efecto protector de los Omega 3 difícil de explicar debido a que la etiología del cáncer es multifactorial. Además, la eficacia del tratamiento con DHA depende de la forma en que se presente la grasa y del contenido de DHA, siendo los triglicéridos con un DHA superior al 50% la forma más eficiente.

De igual modo, estos estudios indican que el DHA en las células tumorales induce muchos de los marcadores de apoptosis, los cuales hacen posible la destrucción de células dañadas, evitando así la aparición del cáncer. También, la incorporación de concentraciones subtóxicas de DHA en las membranas de células cancerígenas potencia la actividad de los fármacos quimioterapéuticos que inhiben el crecimiento celular, principalmente, el relacionado con la generación de ROS (Especies de Oxígeno Reactivas). De hecho, bajo condiciones de estrés oxidativo, el tratamiento con DHA aumenta el nivel de ROS intracelular en las células tumorales, pero no en las sanas, probablemente por un sistema de defensa antioxidante deficiente en las tumorales.

El DHA inhibe la activación del Factor Nuclear (κβ), responsable de la síntesis del Factor Vascular de Crecimiento Endotelial (VEGF)[3] que a su vez induce el crecimiento del árbol vascular de los tumores, para que puedan seguir creciendo. El DHA entorpece la síntesis del VEGF y se opone al crecimiento tumoral; los Omega-6 lo activan.

En definitiva, la investigación recoge que el tratamiento con DHA tiene un efecto citotóxico en las células tumorales que aumenta su respuesta con mayor dosis.

Si nos centramos en tipos de cáncer más concretos, otros estudios han obtenido resultados similares, como es el caso del llevado a cabo por la Universidad Hospital Bretonneau of Tours, de Francia, sobre el cáncer de mama[4]. En él se concluye que una alta suplementación de DHA antes y durante la quimioterapia carece de efectos secundarios y puede mejorar su resultado, ya que incrementa la sensibilidad de los tumores mamarios a los fármacos contra el cáncer.

Por otro lado, otra investigación experimental realizada por la Universidad de Alberta, en Canadá, junto con el Departamento de Agricultura, Alimentación y Ciencia Nutricional[5], recogió en sus resultados que la suplementación con aceite de pescado, rico en Omega 3 (EPA y DHA), aumenta la eficacia de la quimioterapia de primera línea en pacientes con cáncer de pulmón no microcítico (células no pequeñas). Esto se debe a que los mecanismos de acción de los agentes antineoplásicos, responsables de impedir el desarrollo, crecimiento y proliferación de las células tumorales malignas, varían; lo que sugiere que el aceite de pescado modula la respuesta a la quimioterapia. Es por ello que el estudio sugirió, aunque de forma inexacta, que el EPA y el DHA pueden tener un efecto antitumoral y que el aceite de pescado tiene potencial como adyuvante a la quimioterapia.

Del mismo modo, un estudio doble ciego controlado con placebo, desarrollado por investigadores de la Universidad de Turin, en Italia, abordó el efecto de los ácidos grasos esenciales Omega 3 en pacientes con cáncer de pulmón avanzado[6]. Aunque muchos estudios han tratado el mismo tema, todavía no hay pruebas clínicas suficientes que justifiquen la aplicación de los resultados a los pacientes con cáncer. Aun así, los investigadores analizaron los cuadros clínicos de los pacientes durante 66 días y hasta el final de la quimioterapia y observaron que aquellos que habían consumido EPA y DHA mediante las recomendaciones de dietistas, aumentaron su peso corporal y redujeron significativamente los índices de inflamación y el estrés oxidativo.

Todas estas conclusiones parecen indicar que el tratamiento con DHA podría ejercer un rol protector en casos de cáncer. Ahora bien, si se utilizan suplementos alimenticios para paliar las deficiencias de Omega 3 hay que asegurarse de que las perlas lleven una cantidad de EPA y DHA que sume los miligramos totales de Omega 3 que se indica que contiene cada una de ellas en el envase. Así, un suplemento nutricional de omega 3 de 500 mg que contenga 200 de EPA y 300 de DHA sería un buen suplemento. En cambio si contienen 100 mg de EPA y 150 mg de DHA y el resto del contenido indica que son otros ácidos grasos de cualquier tipo, no sería un buen suplemento ya que pagamos por 500 mg de Omega-3 y sólo recibimos 250. 

 

Por ello, si eres profesional de la salud y deseas recibir información sobre qué suplementos nutricionales a base de DHA de calidad existen en el mercado rellena este formulario:

Soy:

[1] Arterburn LM, et al; Distibution interconversion, and dose response of n-3 fatty acids in humans; Am J Clin Nutr 2006; 83(suppl): 1467S-76S

[2] Coronado, M., Vega, S., Gutiérrez, R., García, B., Díaz, G. (2006). Los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6: Nutrición, bioquímica y salud. Revista de Educación Bioquímica, 25, 72-79. 2017, diciembre 22, De Biblioteca Médica digital UAM Base de datos.

[3] Matesanz N, Park G, McAllister H, et al. Docosahexaenoic acid improves the nitroso-redox balance and reduces VEGF-mediated angiogenic signaling in microvascular endothelial cells. Invest Ophthalmol Vis Sci 2010; 51:6815-6825

[4] Bognoux P, et al; Improving outcome of chemotherapy of metastatic breast cancer by docosahexaenoic acid: a phase II trial; British Journal of Cancer (2009) 101, 1978–1985.

[5] Murphy RA, et al; Supplementation With Fish Oil Increases First-Line Chemotherapy Efficacy in Patients With Advanced Nonsmall Cell Lung Cancer; Cancer 2011;117:3774–80.

[6] Finocchiaro C, et al; Effect of n-3 fatty acids on patients with advanced lung cancer: a double-blind, placebo-controlled study; British Journal of Nutrition (2012), 108, 327–333