El cerebro humano es más feliz cuando el cuerpo baila

Cerebro humano dentro de un bote, tarro de cristal lleno de formol.El baile, desde el punto de vista neurológico, es un proceso complejo en el que se activan circuitos neuronales motores y sensoriales a la vez que la música estimula los centros de recompensa del cerebro, según ha asegurado el vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN), Pablo Irimia, con motivo de la celebración, este viernes, del Día Internacional de la Danza.

Esto se ha observado gracias al avance de las técnicas de neuroimagen, que permiten estudiar cómo el ser humano es capaz de controlar los pasos en un espacio concreto, cómo se es capaz de aprender coreografías complejas o cómo se puede seguir el ritmo.

“Además se ha determinado que mientras unas áreas del cerebro se encargan de la orientación corporal y nos permiten movernos en el espacio en la dirección adecuada, existen otras que hacen que podamos sincronizar nuestros movimientos con la música”, ha explicado.

En concreto, diferentes técnicas de neuroimagen han identificado varias regiones del cerebro implicadas en este proceso: en el lóbulo frontal se produce la planificación del movimiento; la corteza premotora y el área motora suplementaria se encargan de nuestra posición espacial y de permitirnos recordar acciones anteriores; la corteza motora primaria envía instrucciones a los músculos; mientras que el cerebelo y los ganglios basales nos mantienen en equilibrio y permiten la sincronización del movimiento.

Mejora el organismo

Y es que, el movimiento coordinado de las partes del cuerpo y la alineación corporal adecuada favorecen el funcionamiento correcto de los distintos sistemas del organismo, en especial del sistema nervioso que es el encargado, entre otras cosas, de crear los procesos necesarios para producir movimiento.

“Cuando bailamos o hacemos otro tipo de ejercicio físico, estamos trabajando y estimulando diferentes áreas del cerebro. Y en el paciente neurológico algunos estudios han observado un doble beneficio del baile: por un lado el efecto positivo que tiene la realización de ejercicio físico, como en cualquier persona sana, y por otro estimular las áreas del cerebro que facilitan el equilibrio y la coordinación del movimiento”, ha señalado Irimia.

Además, prosigue, el ejercicio físico que se realiza al bailar podría contribuir a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades como hipertensión, diabetes, depresión, obesidad y ayudaría a reducir el estrés. Por lo tanto, el baile podría disminuir el riesgo de diferentes enfermedades neurológicas como el ictus o la demencia tanto de tipo Alzheimer como demencia vascular.

Del mismo modo, y puesto que las alteraciones motoras son uno de los síntomas más importantes y que más afectan a la calidad de vida en muchas de las enfermedades neurológicas, algunos expertos sostienen que la danza puede ayudar en la rehabilitación de patologías como la enfermedad de Parkinson en fases iniciales, y reducir el riesgo de caídas en las personas mayores.

Fuente: EcoDiario.es

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