Este post no empieza muy bien. Pero acaba mejor.
No sé si habréis oído hablar de la gota malaya. Es una forma de tortura china que consiste en atar a una persona boca arriba (para que no pueda moverse) y luego dejar que les caiga una gota de agua fría en la frente cada cinco segundos. Lo utilizaban para conseguir que personas confesaran actos que querían ocultar.
Pero bueno, no os quería hablar de la gota malaya en negativo. Os quería hablar de la gota malaya en positivo. De cómo nuestros actos y nuestros hábitos repetidos día a día, con constancia (como si de la gota malaya se tratara) pueden tener un impacto en nuestra vida.
Entonces, si lo ponemos en positivo, pequeños cambios repetidos día a día -meditar 10 minutos todas las mañanas, cambiar poco a poco nuestra alimentación manteniendo esos cambios, hacer 30 minutos de ejercicio todos los días- pueden tener un impacto positivo en nuestra vida. A medida que los vayamos incorporando y manteniendo iremos notando sus beneficios. Cada vez más. Y la persona que más ganará con esto serás tú.
¿Te animas?