Las crucíferas son fundamentales para luchar contra el cáncer de mama. En esta familia incluimos la col, la coliflor, el brócoli, la col lombarda, el bok choy, las coles de Bruselas, los rábanos, etc.
Las crucíferas son especiales en la lucha contra el cáncer por poseer una sustancia anticáncer llamada glucosinolatos que solo se encuentra presente esta familia. Los glucosinolatos le dan a esta familia su olor y sabor característico. Cuando las paredes celulares de estos vegetales son rotas por efecto de la masticación o tras ser troceados con un cuchillo, entra en acción una enzima llamada mirosinasa que convierte los glucosinolatos en isotiocianatos y estos son los verdaderos agentes anticáncer (1).
Las propiedades anticáncer de las crucíferas:
– Son antiinflamatorios.
– Son antiangiógenicos, por lo que el cáncer no puede crear nuevos vasos que le permitan alimentarse y expandirse por todo nuestro cuerpo.
– Son detoxificadores. Ayudan a nuestro cuerpo a eliminar carcinógenos.
– Previenen el daño causado en el AND por efecto de los carcinógenos y los radicales libres.
– Promueven el suicidio de las células tumorales.
– Tienen actividad anti estrogénica. La exposición a los estrógenos incrementa el riesgo de padecer cáncer de mama.
– Regulan las hormonas femeninas.
Comiendo crucíferas con regularidad las posibilidades de padecer cáncer de mama son menores (2). En un estudio realizado recientemente en China se ha demostrado que las mujeres que comen una ración de crucíferas al día tienen un 50% menos de posibilidades de sufrir cáncer de mama (3). En un estudio europeo se demostró que las mujeres que consumían crucíferas al menos 1 vez por semana tenían un 17% menos de sufrir cáncer de mama (4).
¿Qué pasa con las mujeres que ya tienen cáncer de mama? Pueden mejorar su pronóstico si comen crucíferas?
Un nuevo estudio publicado en China demuestra que la ingesta de crucíferas por mujeres diagnosticadas de cáncer de mama los tres primeros años tras el diagnóstico reduce la posibilidad de sufrir un recidiva y morir por cáncer. Cuantas más crucíferas comían las mujeres mas posibilidades tenían de vivir libres de enfermedad. Las mujeres que más crucíferas consumían tenían un 62% menos de posibilidades de morir por cáncer y un 35% de posibilidades de sufrir un recidiva que aquellas que consumían pocas crucíferas (5). Otros estudios han encontrado resultados similares (6).
¡Recuerda que las crucíferas deben ser troceadas y bien masticadas para obtener sus máximo beneficios!
Lo ideal sería consumir las crucíferas crudas para obtener los máximos beneficios, ya que al cocerlas parte de los isotiocianatos se pierden. ¿Qué te parecen unos makis crudiveganos con brócoli? Puedes encontrar la receta en este blog.
Para más información sobre alimentos anticáncer te invito a leer el libro Alimentación Anticáncer.
Bibliografía:
1. Higdon J, Delage B, Williams D, et al. Cruciferous vegetables and human cancer risk: epidemiologic evidence and mechanistic basis. Pharmacol Res 2007;55:224-236.
2. Cornblatt BS, Ye L, Dinkova-Kostova AT, et al. Preclinical and clinical evaluation of sulforaphane for chemoprevention in the breast. Carcinogenesis 2007;28:1485-1490.
3. Zhang CX, Ho SC, Chen YM, et al. Greater vegetable and fruit intake is associated with a lower risk of breast cancer among Chinese women. Int J Cancer 2009;125:181-188.
4. Bosetti C, Filomeno M, Riso P, et al. Cruciferous vegetables and cancer risk in a network of case-control studies. Ann Oncol 2012.
5. Nechuta SJ, Lu W, Cai H, et al: Cruciferous Vegetable Intake After Diagnosis of Breast Cancer and Survival: a Report From the Shanghai Breast Cancer Survival Study. Abstract #LB-322. In Annual Meeting of the American Association for Cancer Research; 2012 Mar 31-Apr 4. Chicago, Il; 2012.
6. Thomson CA, Rock CL, Thompson PA, et al. Vegetable intake is associated with reduced breast cancer recurrence in tamoxifen users: a secondary analysis from the Women’s Healthy Eating and Living Study. Breast Cancer Res Treat 2011;125:519-527.
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