El consumo de algunos alimentos disminuye el riesgo de padecer un agresivo subtipo de cáncer de mama.
Las mujeres que consumen como mínimo dos raciones semanales de melocotones o nectarinas tienen menos riesgos de padecer cáncer de mama RE- (receptores estrogénicos negativos) en la menopausia, hasta un 41 por ciento menos, mientras que comer al menos una porción de arándanos por semana puede conseguir una reducción del riesgo del 31 por ciento, según un estudio que se ha llevado a cabo sobre la salud de las mujeres en función de la dieta.
Aunque sólo el 20 por ciento de los cánceres de mama son receptores estrogénicos negativos (ER-), representan una parte desproporcionadamente alta de muertes por cáncer de mama debido a su peor pronóstico en comparación con los cánceres ER+. Paradójicamente, el cáncer de mama ER- podría ser más fácil de evitar con una dieta saludable que el cáncer ER+. Esta afirmación se basa en un gran estudio que mostró recientemente que los consumidores de gran cantidad de verdura tienen un 18 por ciento menos de cáncer de mama ER-, pero ninguna protección especial contra la variante ER+. Como resultado, gran parte del trabajo que se está haciendo se centra en aclarar cómo la dieta puede prevenir el cáncer de mama ER-.
En este nuevo estudio de referencia, los investigadores siguieron la dieta de 75.929 mujeres posmenopáusicas del Nurses’ Health Study (EEUU) a partir de 1984. Los resultados fueron un tanto sorprendentes: las mujeres que comían una gran cantidad de frutas y hortalizas (nueve porciones diarias en total) solo consiguieron una protección marginal frente al cáncer de mama de ER-. Las frutas en este sentido no ofrecían ninguna protección, incluso con cuatro piezas diarias. Comer verdura era algo más positivo: las mujeres que comían mucha cantidad (5,5 raciones al día) experimentaron un 19 por ciento menos de cáncer de mama ER-, pero se consideró que no era una gran estadística.
Sin embargo, los investigadores sospechaban que puede haber algunos superalimentos que protegen contra el cáncer (como la linaza) y que pueden pasar despercibidos en las estadísticas cuando los alimentos se agrupan con el resto de frutas o verduras. Así que analizaron por separado los efectos de 17 verduras y 11 frutas (o zumos) en cuanto a su poder de protección frente al cáncer.
El análisis detallado mostró que las mujeres que comen al menos dos porciones de melocotones o nectarinas semanalmente tienen menos riesgos de padecer ese tipo de cáncer (hasta 41 por ciento menos), mientras que las que ingieren al menos dos porciones de bayas tienen 25 por ciento menos de cáncer mama ER-. La categoría de las bayas se subdividió en los arándanos y las fresas. Las dos son buenas, pero los arándanos son mucho más potentes, la reducción del riesgo fue del 31 por ciento con solo una porción semanal. De las verduras, sólo la calabaza de invierno mostró un efecto protector (30 por ciento con dos porciones a la semana).
Los mecanismos por los que los melocotones, las nectarinas y las bayas protegen contra el cáncer de mama se desconocen aún. Todos son excelentes fuentes de antioxidantes. Los melocotones y las nectarinas también resultan ser buenas fuentes de ácido clorogénico, que en estudios de laboratorio se ha demostrado que tiene poder para inhibir el crecimiento del cáncer de mama ER-. De momento, la investigación continúa para descubrir exactamente cómo estos superalimentos protegen a las mujeres del cáncer de mama ER-.
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