Todos estamos acostumbrados a vivir con estrés. Lo cierto, es que no todas las fuentes de estrés son fáciles de identificar. Si eres el director de una empresa que espera una subvención o estás trabajando en tu proyecto final de carrera, el estrés es casi intrínseco. Sin embargo, existen otras fuentes que no te imaginas, que están dañando tu cerebro.
El Departamento de Psicología Biológica y Clínica en Fredrich Schiller University, en Alemania, descubrió en recientes investigaciones que estar expuesto y escuchar a personas negativas, que se están quejando constantemente, produce las mismas reacciones en el cerebro que cuando estás estresado. En otras palabras, la negatividad es contagiosa y dañina para tu salud.
¿Y qué es lo que provoca el estrés? Estar expuesto al estrés puede comprometer la efectividad de las neuronas del hipocampo, responsables del razonamiento y la memoria.
Entonces, si estamos rodeados de estrés y negatividad, ¿qué hacemos? El Dr. Travis Bradberry propone algunas estrategias:
1. Pon distancia con las personas quejicas y negativas
Estas personas se centran en sus problemas en vez de poner foco en las soluciones, y el compartirlo con los demás, les hace sentirse mejor.
¿Cómo poner límites con ellas? Preguntándoles cómo van a arreglar los problemas para redirigir las conversaciones en una dirección más productiva.
2. Aplasta la autoconversación negativa
Muchas veces, podemos llegar a ser absorbidos por la negatividad de otras personas. Otras, podemos crear esa negatividad nosotros mismos.
Podemos sentirnos mal en alguna circunstancia, pero tener una autoconversación sobre nuestros sentimientos puede magnificar la negatividad y hacernos entrar en una espiral de emociones, difícil de controlar. Para ello, propone dos alternativas:
Cambiar el “siempre o “nunca” por un “a veces” o “solo esta vez”. Debemos entender cada problema como una situación particular y no recrearnos en las veces que cometimos errores, ya que eso hace que el problema sea más grande de lo que realmente es.
Reemplazar juicios sobre nosotros como “soy un idiota” por “cometí un error”. Al pensar lo primero, nos atamos a una etiqueta que no nos ofrece margen de mejora. En lo segundo, nos enfocamos en aquello que podemos cambiar.
3. Deja de centrarte en los problemas, céntrate en las soluciones
Cuando dedicas tu atención a los problemas, determinas tu estado emocional y prolongas la negatividad y el estrés. Sin embargo, cuando te centras en las soluciones, creas una sensación de eficacia personal, que produce emociones positivas.
4. Duerme bien
Dormir bien por la noche te hace más positivo, creativo y proactivo a la hora de afrontar los problemas. También, te hace lidiar mejor con la negatividad y te da perspectiva sobre lo que necesitas para poner límite a las personas que se quejan a tu alrededor.
Fuente: How Negativity and Complaining Literally Rot Your Brain, Dr. Travis Bradberry.
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