La espinaca es un alimento saludable que aporta gran cantidad de vitaminas y minerales, que no se encuentran en otros productos como el pescado, la carne, frutas o frutas secos. Además, se trata de un producto que se puede comer cocinado o crudo y que destaca por su poder antioxidante y antitumoral.

Los beneficios de la espinaca para la salud se explican gracias a los principales nutrientes que la componen: agua en un 90%, vitaminas A, B, B9, B6, C, E y K, carotenoides, calcio, magnesio, potasio y en menor medida, hierro, fibra, yodo, vitamina B2, sodio, vitamina B3, cinc, proteínas, fósforo, calorías, ácidos grasos poliinsaturados, hidratos de carbono, grasa, selenio, ácidos grasos saturados y ácidos grasos monoinsaturados.

Primeramente, despunta la espinaca como el alimento más rico en ácido fólico (vitamina B9), que es indispensable para un correcto crecimiento celular, especialmente durante el embarazo y la infancia. La vitamina B9 también reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, ya que ayuda a limpiar la sangre de tóxicos y radicales libres, del mismo modo que los carotenoides y la vitamina E, que ejercen un efecto antioxidante, previenen el envejecimiento celular, aumentan la eficiencia del sistema inmune y protegen el sistema nervioso.

En segundo lugar, es importante recalcar la propiedad antitumoral de la espinaca. Su ingesta ayuda a prevenir el cáncer, a inhibir el crecimiento tumoral y a destruir las células cancerosas. Concretamente, el cáncer de hígado y vesícula biliar, de colon, de mama, de próstata y especialmente de pulmón gracias a diversos nutrientes como los betacarotenos. La luteína protege contra el cáncer de colon, los carotenoides contra el cáncer de mama y de próstata, la vitamina K2 puede reducir el riesgo de cáncer de próstata y los betacarotenos −abundantes en otros alimentos como la zanahoria− reducen el riesgo de cáncer en general, al igual que la filoquinona (vitamina K).

La espinaca también es muy buena la visión, gracias a la vitamina A y buena para la circulación, gracias en parte a las vitaminas del grupo B. Nutrientes como la luteína y la zeaxatina actúan como antioxidantes y reducen el impacto de los radicales libres, que pueden provocar cataratas u otras enfermedades oculares como la degeneración macular. Así mismo, vitaminas como el ácido fólico reducen los niveles de homocisteína en sangre, reduciendo así el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares como la aterosclerosis, infartos o ictus.

Por otro lado, es conocido el papel de la espinaca para unos huesos fuertes gracias a su riqueza en vitamina K y otros minerales como el magnesio o el zinc, que permiten la calcificación de los huesos. Tampoco tiene casi grasa, por lo que sus hojas son útiles para adelgazar y contienen fibra, lo que ayuda a evitar el estreñimiento.

A pesar de todo, hay que tener en cuenta ciertas contradicciones de la espinaca. Este alimento contiene gran cantidad de ácido oxálico, que al combinarse con otros minerales, forma oxalatos. No se recomienda por ello, tomar en grandes cantidades a personas con afectaciones en los riñones u otras enfermedades como la gota, la reuma o la artritis. Los oxalatos pueden producir piedras en el riñón y además, son secuestradores de minerales, porque reducen la absorción del calcio y el hierro. Pero eso no significa que haya que evitarlas a toda costa, sino comer de todo tipo de verduras y si queremos eliminar parte de los oxalatos, podemos hervir las espinacas y cambiarles el agua cuando estén medio cocidas, en vez de comerlas crudas. Así, sin abusar de este vegetal, podremos disfrutar de sus múltiples beneficios.

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