El sistema inmunitario es esencial en nuestro organismo, ya que nos defiende de los invasores más peligrosos y nos mantiene sanos. Pero, ¿cómo funciona?
Es necesario saber que vivimos rodeados de organismos: bacterias, virus, parásitos, etc. Formas de vida que están en nuestra piel, en nuestros intestinos y por supuesto, en nuestro entorno. ¿Son todos estos organismos amenazadores para nuestra salud? No. Precisamente, el gran trabajo del sistema inmunológico es hacer un balance, monitorear y juzgar cuáles son realmente las amenazas potenciales.
Si un invasor es considerado una amenaza, el sistema inmune se pone manos a la obra para destruirla tratando de hacer el menor daño colateral posible. Esta respuesta del sistema inmunológico se llama inflamación.
Para nosotros, la inflamación se puede manifestar a través de síntomas como dolor de barriga, de cabeza, fiebre, fatiga…Es lo que utiliza el cuerpo para tratar de sanar.
¿Qué es lo más importante? Que el sistema inmunológico esté en equilibrio para sentirnos bien. La inflamación es necesaria para proteger al organismo de los invasores, pero una inflamación constante puede causar daños. Por lo tanto, nuestras defensas tienen que evaluar cuál es la amenaza que requiere su mayor atención cada momento.
Veamos un ejemplo que nos ayudará a entender el funcionamiento:
Si nos remontamos a millones de años atrás, una amenaza para las personas que vivían en la sabana podría ser que apareciese un león. ¿Qué pasa? Cuando este aparece, el cuerpo interpreta que es una amenaza y actúa provocando inflamación.
Cuando el organismo interpreta que hay una amenaza, produce:
- Epinefrina, lo que comúnmente llamamos adrenalina, que lo que hace es incrementar la frecuencia cardiaca, contraer los vasos sanguíneos, en definitiva, participa en la reacción de lucha o huida del sistema nervioso simpático.
- Norepinefrina, que tiene una función similar y ayuda al organismo a subvertir la fatiga.
- Cortisol, que se libera como respuesta al estrés y realiza funciones como aumentar el azúcar en sangre (glucemia).
¿Qué ocurre? Cuando estas hormonas están trabajando para huir del león, el sistema inmunitario se amortigua para todo lo demás, como tratar virus y bacterias. Porque si lo pensamos fríamente, ¿qué es prioritario para el organismo? Lo primero es sobrevivir al león, por eso el cuerpo emplea todas sus energías para ello.
¿Y en la actualidad?
Por norma general, no nos encontramos leones en nuestro entorno, pero nos enfrentamos a otras amenazas. Véase una de sus formas más comunes: el estrés, que tanto afecta a nuestra vida diaria. A veces, también malinterpretamos el nivel de amenaza de ciertos eventos de estrés y el cuerpo actúa como tal.
Pregúntate, ¿hay de verdad un león acechándote ahora mismo? Y lo más importante: ¿cómo puedes ayudar a tu sistema inmune para que se mantenga saludable y actúe lo más preciso posible?
Por qué es importante que el sistema inmunitario funcione correctamente durante el cáncer
Se ha demostrado científicamente que el sistema inmune detecta y elimina las células tumorales. Como puedes ver en este vídeo, una célula NK (Natural Killer) rodea y engulle a una célula tumoral.
Es de esta premisa que ha nacido la inmunoterapia, una de las terapias más prometedoras contra el cáncer que consiste en estimular el sistema inmune del propio paciente para que este ataque a las células tumorales y las elimine.
Qué puedes hacer tú para apoyar a tu sistema inmunitario
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Dormir.
Parece algo irrelevante pero no lo es. Más bien todo lo contrario. Cuando no duermes, tus hormonas suprarrenales no se apagan (sí, las que interpretan que hay que huir de un “león”). Como consecuencia, tu inmunidad empeora y eres más susceptible a las bacterias y a los virus.
Recordemos, además, que investigaciones muestran que la falta de sueño conduce a una disminución en el organismo de las células NK (Natural Killers). Estas células son las que se encargan de destruir las células tumorales e infectadas[1]. Como podemos imaginarnos, estos linfocitos son de vital importancia en nuestro organismo, especialmente durante el cáncer.
Por el contrario, también cabe recordar que un sueño de calidad parece mejorar las respuestas de las células T, como os explicábamos en otro artículo. Las células T reconocen los patógenos para conseguir atacarlos y se están estudiando exhaustivamente para mejorar las terapias de inmunoterapia contra el cáncer.
Conclusión: dormir bien y las horas recomendadas apoya al sistema inmune. La Sociedad Española de Sueño recomienda en adultos dormir entre 7 y 9 horas diarias. Para los mayores de 65 años, de 7 a 8 horas diarias.
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Alimentación
La alimentación puede contribuir a mantener el sistema inmunitario en buen estado, siempre y cuando esta sea saludable y equilibrada.
Una dieta poco saludable, elevada en grasas y azúcar y productos ultraprocesados puede afectar negativamente al sistema inmune, como concluye este estudio publicado en la revista Cell[2]. Ante este tipo de productos el sistema inmunitario puede actuar como si de un intruso o bacteria se tratara, inflamando el organismo.
Una alimentación equilibrada y rica en nutrientes, en cambio, puede contribuir a la salud del sistema inmune.
La nutrición es un determinante crítico en las respuestas inmunitarias, como afirma esta otra investigación publicada en el American Journal of Clinic Nutrition[3]. De los micronutrientes, el zinc, el selenio, el hierro, el cobre, las vitaminas A, C, E y B6 y el ácido fólico tienen influencias importantes en las respuestas inmunes. También se afirma en el estudio que la obesidad reduce la inmunidad.
¿Dónde podemos encontrar estos nutrientes? Sobre todo, en vegetales, frutas, legumbres y frutos secos. Los alimentos probióticos como el chucrut, el kéfir o el té kombucha también ayudan a fortalecer las defensas si la flora intestinal está equilibrada. Asimismo, las setas también estimulan el sistema inmunitario, por su contenido en betaglucanos.
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Ejercicio físico
Practicar ejercicio físico es una buena técnica para aliviar el estrés continuo que perjudica al sistema inmune.
Además, se ha demostrado que los ancianos que hacen actividad física regular desarrollan más células T que los que llevan una vida sedentaria[4]. Otros estudios muestran en sus resultados que el ejercicio podría ser útil en casos de cáncer de colon, cáncer de mama y cáncer de próstata.
Lo importante es que el ejercicio se practique de forma regular, aunque sea de baja intensidad. Una actividad que puede resultar interesante para los pacientes con cáncer es el yoga, el Tai Chi o el Chi Kung.
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Meditación
La meditación ha demostrado grandes beneficios en la inmunidad, como muestra una de las principales investigaciones sobre el impacto de la respiración y otras técnicas de atención plena en el sistema inmunitario, publicadas en la revista Annals of New York Academy of Sciences en 2016. Concretamente, la meditación ayuda a disminuir el estrés del cuerpo y esto puede contribuir a reducir la inflamación y a apoyar la inmunidad[5]. En definitiva, ayudar a que el sistema inmunitario esté más saludable y equilibrado.
Los científicos consideran que estos resultados se tienen que seguir estudiando para examinar su relevancia para síntomas clínicos concretos y para todo tipo de enfermedades.
¿En qué consiste la meditación? Al principio puede resultar difícil de entender, pero la práctica hace al maestro. Consiste en tener plena conciencia del momento presente, es decir, ser conscientes de lo que hacemos en cada momento. Sentarnos a meditar significa no pararnos a juzgar los pensamientos y sentimientos que pasan por nuestra mente.
Si quieres saber más sobre la atención plena, te lo explicamos más detalladamente en este artículo. En este otro artículo te contamos los beneficios que ha demostrado tener el Mindfulness (una técnica de meditación) para reducir el estrés y mejorar la calidad de vida de pacientes con cáncer.
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Estudios científicos
[1] Irwin M, Mascovich A, Gillin JC, Willoughby R, Pike J, Smith TL. Partial sleep deprivation reduces natural killer cell activity in humans. Psychosom Med. 1994 Nov-Dec;56(6):493-8. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/7871104
[2] Anette Christ , Patrick Günther, Mario A.R. Lauterbach, Mihai G. Netea, Joachim L. Schultze, Eikcke Latz. Western Diet Triggers NLRP3-Dependent Innate Immune Reprogramming https://doi.org/10.1016/j.cell.2017.12.013
[3] Chandra RK. Nutrition and the immune system: an introduction. Am J Clin Nutr. 1997 Aug;66(2):460S-463S. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/9250133
[4] Niharika Arora Duggal Ross D. Pollock Norman R. Lazarus Stephen Harridge Janet M. Lord. Major features of immunesenescence, including reduced thymic output, are ameliorated by high levels of physical activity in adulthood. https://doi.org/10.1111/acel.12750
[5] David S. Black and George M. Slavich. Mindfulness meditation and the immune system: a systematic review of randomized controlled trials. Ann N Y Acad Sci. 2016 Jun; 1373(1): 13–24. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4940234/