Tengo cáncer de mama ¿qué puedo hacer?

Ante un diagnóstico de cáncer de mama, es habitual sentir miedo. Sin embargo, debes saber que este tipo de cáncer es en el que ha invertido más dinero en investigación a nivel internacional. Y esto hace que sea de los que más se superan.

¿Són iguales todos los cánceres de mama?

La verdad es que no. Cuando hablamos de cáncer parece que siempre se habla de lo mismo, pero en realidad se traata de más de 200 enfermedades distintas. Hay tipos de cáncer que son de orígen genético. Y  hay otros que aparecen por hábitos de vida poco saludables, como una vida sedentaria, una alimentación poco adecuada, un estrés continuado o la exposición a tóxicos ambientales.

¿Qué tratamientos existen para el cáncer de mama?

Actualmente existen diferentes tratamientos para el cáncer de mama que dependerán de:
– El estadío de la enfermedad en el momento de su diagnóstico.
– La ubicación del tumor.
– Tipo del tumor.

A grandes rasgos los tratamientos son: quimioterapia (por vía endovenosa o en pastillas), radioterapia y cirugía.

También se hace un tratamiento profiláctico después de recuperar la salud que suele ser o bien Tamoxifeno o bien inhibidores de la aromatasa.

¿Qué puedo hacer yo si me diagnostican cáncer de mama?

Hay varias cosas que puedes hacer tú:

  1. Dormir entre 7 y 9 horas de calidad por la noche. Si tienes problemas para conciliar el sueño en este artículo te compartimos un truco que te ayudará a dormir mejor. Y en este otro te hablamos de como te ayuda la melatonina.
  2. Adaptar tu alimentación a tu nuevo estado de salud. Sigue una alimentación rica en verduras, legumbres, frutas, semillas, frutos secos. Elimina el consumo de alcohol, refrescos, lácteos de vaca, de los azúcares y harinas refinadas y limita el consumo de proteína animal.
  3. Haz ejercicio físico a diario. El ejercicio físico te ayudará a mejorar tu estado de ánimo, a dormir mejor por la noche y a mejorar tu tránsito intestinal. Cuando empieces los tratamientos te ayudará a tolerarlos mejor.
  4. Mejora la gestión del estrés: no es fácil pero el yoga, el taichi y la meditación te ayudarán a gestionarlo mejor.